Hace unos días, apareció un comentario en el que se decía que había niños que jugaban al balón en la plaza Nueva y que molestaban a los viandantes, algunos gente mayor. Quien esto escribía solicitaba a la Policía Municipal que prohibiera el juego de los niños en la plaza.
Yo también voy a pedirle algo a la Policía Municipal.
Yo solicito que los viandantes, sobre todo los adultos, tengan prohibido el paso por la plaza Nueva si no han leído un libro en este mes pasado. El que sea. Uno. Entero. También solicito que se prohíba el paso a las personas mayores de 18 años que no hayan ojeado al menos los programas electorales de los partidos a los que votan. Que así nos va. Es más, que prohíban votar a quien no sea responsable de su voto.
Puestos a pedir, pido que las personas que vayan a entrar a la plaza Nueva por la Carrera y se consideren cristianos, o musulmanes, practicantes o no, tengan prohibida la entrada si no han cumplido con todos los preceptos que su religión manda, incluido ir a misa, o a la mezquita. Si no los cumplen, no pueden entrar en la plaza porque están faltando a su responsabilidad como cristianos, o musulmanes. Y si no, desapúntate, que diría cualquier muete.
Y, por último, que ningún adulto entre en la plaza Nueva si no se siente como un niño cada vez que la pisa: feliz, inocente… ¡libre! Disfrutando de cada uno de los minutos que da la infancia entre los cuales está que cuando sean mayores y pasen por los porches, recordarán las veces que jugaron al fútbol con toda la ilusión, en la plaza más bonita del mundo.
Cuando todo esto se cumpla, que vengan los municipales a no dejar jugar al fútbol a los niños en la plaza Nueva. Si quieren.
