Opinión

Ni derecha ni nacionalismo

El actual proceso de revisión de los Estatutos de Autonomía está suscitando un gran debate político sobre la configuración de España, en el que intervienen tres protagonistas: la derecha, la izquierda y el nacionalismo. El resultado de estas reformas será positivo si consigue dos objetivos: 1) conciliar las posturas de esos tres sectores; 2) no enfrentar el autogobierno de las Autonomías con el del Estado, sino hacer que ambos mejoren y se potencien ("yo gano, tú ganas").

La mayor dificultad para lograrlo procede del radicalismo de la derecha centralista y del nacionalismo periférico que, contra lo que pueda parecer, comparten una misma me-ntalidad conservadora, aferrada a una concepción homogénea de la sociedad y asentada sobre intereses económicos, aspirando a dominar otras zonas o separarse de ellas. Lo que genera inevitables conflictos, internos y externos. Ahora que el liberalismo no cesa de eliminar fronteras económicas para el capital (globalización), el nacionalismo no cesa de reivindicar fronteras políticas para las personas, debilitando así el control político sobre la economía.

Frente al modelo constitucional de 1978, que permite a España ir organizándose con una creciente pluralidad (diversas autonomías, lenguas, creencias), la derecha sigue añ-orando la homogeneidad perdida, y los nacionalistas siguen defendiendo para su territo-rio la homogeneidad soñada que nunca han tenido. Lo grave es que el ruido que generan PP-UPN y los Nacionalistas, y con el que se alimentan mutuamente, impide concentrar las energías en resolver los problemas que interesan a los ciudadanos: empleo, vivienda, educación, sanidad, medio ambiente, etc.

La confusión se acrecienta con la llamada izquierda nacionalista, que sólo quiere la igualdad para los de casa, con respecto a los "otros" mejor no ser tan iguales (es que te-nemos "derechos históricos"), porque posiblemente toque a menos. Curiosa manera de ser solidario. ¿No sería mejor centrarnos en generar bienestar para "todos", relativizar f-ronteras y aumentar la cooperación? Para ello necesitamos consolidar un modelo de E-stado único y laico, no una confederación de Estados (contra los nacionalismos), aunque con estructura federal (contra PP-UPN).