Opinión

Navarra es Tenacidad y Voluntad

Se desprende de tantos dimes y diretes que estamos soportando estos días, que Navarra es cuestión de Estado, piedra angular de España y corazón de Euskal Herria. No cabe otra con la que montan vascos y españoles en cuanto nos ponemos tontorrones por cualquier cuestión.


No hay otra lógica al ver la que se están montando, en esta ocasión los del PP en Madrid, que no han entendido nada de cuanto ha pretendido hacer Sanz, que no ha sido otra cosa que aplicar lo pactado dado el momento político y económico. Y da mucha pena, porque en lugar de ponerse a lo que estamos, es decir, a resolver los múltiples problemas que nos acechan, están rasgándose las vestiduras y echando balones fuera porque los cuatro gatos de Navarra les hemos salido díscolos, -a sus cerrados ojos y modos de ver-.


Esta tierra nuestra no se qué tiene ni qué pasa aquí, pero estamos con la sangre siempre encendida y la mirada atenta, para que no nos la den... Tenemos tan claro qué es lo que necesitamos, lo que somos, lo que damos de sí, que nuestra cultura pactista milenaria nos deja siempre en un punto en el que los de alrededor se rebotan, pero nosotros erre que erre seguimos nuestro camino porque es la única forma de seguir siendo lo que somos.


Lo dijo de sí mismo un peculiar inmigrante pamplonés:“Nadie me podrá quitar la dicha de ser dueño de mi propio destino”. Máxima que aplicada a este caso, nos lleva a recordar que Navarra es Navarra, Navarra es Tenacidad y Voluntad. Y contra eso no valen otros intereses ni otras interpretaciones.


Ese hombre, llamado Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, conocido en toda Sudamérica como “el vasco de la carretilla”, recorrió andando y empujando una carretilla, por una apuesta, algo más de 3.400 kilómetros, desde la Patagonia hasta la ciudad de Buenos Aires y es un buen ejemplo estos días que no hay quien entienda nada.


Somos complejos, somos plurales, pero ante todo somos, sólo, navarros.