Opinión

Navarra 1512

Los abertzales una vez más vuelven a reinventar la historia, para alimentar las ensoñaciones de su bucle melancólico.



Acabo de leer (300.000 ejemplares de tirada) el panfleto: Navarra 1512, dicen que “Tras 500 años de invierno, el árbol gemina de nuevo”, y el tema cabrea, siguen con sus monsergas, con sus medias verdades y medias mentiras, buscando en la “opresión” de España, el pedigrí de un soñado Estado Vasco, encarnado en aquel Reyno de Navarra.



Representan así un imaginario, que nunca existió, ni tuvo nada que ver con la realidad del Reino de Navarra. Éste desde su origen tuvo un claro sentido peninsular e hispánico, con su participación en la Reconquista, y su contribución al nacimiento de los reinos de Aragón y de Castilla.



Utilizan torticeramente los acontecimientos pasados, para su agitación y propaganda, en clave de construcción nacional vasca. Necesitan manipular y confundir, para sustentar una versión progre&retrógrada que repiten machaconamente. Una cosa, es la libre interpretación, y otra querer cambiar con terquedad, los hechos.



¡Hay que aguantar! que a los que están a favor de la desaparición de la Navarra constitucional, y apuestan por su integración en una Euskal Herria irredenta, se nos presenten como los auténticos recuperadores de nuestro “pasado glorioso”, intentando apropiarse de aquel estado independiente, con un relato en que presentan a estos quinientos años como si hubiésemos sido, poco menos, que una colonia de los castellanos. La cosa es de risa, si ellos no se lo tomaran tan en serio.



En un contexto internacional muy complicado, hubo guerra, un conflicto dinástico, un conflicto religioso. Todo entremezclado en una prolongada guerra civil, entre los propios navarros. Al final se incorporaron cinco merindades de las seis, con jura y respeto a nuestros fueros y costumbres, y se desgajo la de ultrapuertos.



Analizar los conflictos de las banderías nobiliarias del siglo XV, con criterios de construcción nacional vasca del siglo XXI, es una locura, pero así son nuestros chicos, erre que erre.



Nos pintan una realidad idílica de la Navarra de antes de 1512, y luego una triste y sombría, bajo el “yugo castellano”, ignorando el entorno político, económico, social y cultural de los navarros de entonces, que era muy similar al de los castellanos y aragoneses.



Era el momento del arranque de la gran expansión y esplendor de España, el primer Estado Moderno Europeo, acompañado por el gran atractivo del reciente descubrimiento de América, y con un gran peso específico en la propia Europa.



Los reyes navarros de entonces estaban, por un lado, bajo la fuerte presión del rey de Francia, del que eran súbditos, por parte de sus posesiones en Francia, con una capacidad de maniobra muy limitada, y por el otro, frente a una fuerte resistencia dentro de la propia Navarra, ya que una parte importante estaba más vinculada a Aragón y Castilla, que a los intereses de sus reyes, en medio de una confrontación europea.



En su ensoñación, quinientos años después, los abertzales han convocado una Marcha Nacional Navarra para el 16 de junio del 2012, que la convertirán una vez más en una agresión contra Navarra, contra su identidad actual y contra la verdad de su pasado.



Colaborar con los actos programados, incluso para los más incautos, debe considerarse como un acto de adhesión al nacionalismo vasco. Tienen todo el derecho a celebrarlo, pero no contarán con nosotros, no somos tan ingenuos.



Muchas instituciones, colectivos, empresas y personas, llamadas a defender la verdad histórica de Navarra parece que no lo están haciendo, con suficiente contundencia. Es de temer una nueva dejación, facilitando así que engorde la bola y la trola nacionalista.