Opinión

Nabarra, el aborto, el arzobispo y…

La C.F. de Navarra como parte residual y reducida en materia territorial de lo que un día fue el pleno Estado de Nabarra, se encuentra sojuzgada a las diferentes políticas y también a la jurisprudencia del Reino de España, sencillamente por su actual estado colonial, violentamente impuesto desde principios del siglo XVI. Esto ha conllevado el sometimiento del conjunto de su sociedad, siendo el último la “nueva” Ley del aborto, la cual se enfrenta directamente a la voluntad de nuestras mujeres y a sus decisiones personales tomadas en libertad.



Desde mis tiempos del Instituto no veía una persecución tan atroz contra el derecho exclusivo de las mujeres, a tomar decisiones sobre su cuerpo, encabezadas todas ellas desde un nacionalcatolicismo español. No solo casposo y anticuado, sino que históricamente ha miradaopara otro lado, ha ocultado sus actos y ha facilitado e incluso participado en crímenes contra la Humanidad.



Al menos eso era lo que aprendí en EGB con los hermanos Maristas, los cuales ensalzaban Las “Santas” Cruzadas, mientras ocultaban la violenta e ilegal conquista de Nabarra o incluso se hacían los longuis sobre su participación y la de sus jerarcas en la Iglesia Católica y Apostólica de España, en el denominado por ellos mismos como el alzamiento Nacional, llevado a cabo de forma ilegítima por los militares españoles del año 1936, contra el sistema republicano y sus defensores, señalando e incluso fusilando a muchos de ellos por las cunetas de España y como no, también en nuestra reducida comunidad.



Bien, volviendo al aborto, los medios de comunicación que pertenecen a ese entorno solo calificable de antidemocrático o incluso fascista, señalan que la nueva Ley del aborto será menos mala si mueren menos niños y supongo que también niñas, aunque es bien sabido por las personas más o menos inteligentes, que para morir primero hay que nacer.



Así, que ni corto ni perezoso, el máximo representante de la Iglesia Católica y Apostólica de España, nombrado por no sé quién para esta comunidad, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela, Francisco Pérez, acudió y participó al pueblo de Antsoain para acosar a profesionales de la medicina que practican el aborto a aquellas mujeres que así lo decidan, desde su absoluta y legítima libertad, tanto en lo personal como en lo sexual.



Este acto de violencia contra la libertad de nuestras mujeres a mi entender, es un acto no solo lamentable sino reprochable en un supuesto Estado laico, como así lo denominan los españoles. ¿Qué pensaríamos si los jerarcas musulmanes acosaran a carniceros por vender cerdo o a los comercios que venden alcohol o contra la propia Iglesia Católica al utilizar en vino en uno de sus ritos? Seguramente muchos se rasgarían las vestiduras y exigirían incluso la encarcelación de esos alborotadores, bueno mejor dicho fanáticos religiosos musulmanes.



¿Qué pasa con los pederastas que tenéis en vuestra secta señor arzobispo? Todavía estoy esperando que acose a aquellos que violan la libertad de ya natos, y tenga por seguro que ese día yo estaré a su lado por los derechos de los menores de edad. Pero por Dios, como coloquialmente decimos, no me exija que vaya contra los deseos, las libertades y los derechos de nuestras mujeres.



Y mujeres nabarras, recordad: vosotras parís, vosotras decidís, por lo tanto contad con todo mi total apoyo en defensa de vuestros derechos personales y sexuales, pues vuestra libertad finalmente también es mi libertad.