Opinión

Musulmanes en Europa

Apenas se quiere hablar de la difícil relación de los musulmanes que viven en Europa, con las democracias europeas que les acogen. El problema es similar en todos los países, donde una parte de la comunidad musulmana no quiere integrarse y alega para ello la necesidad de respeto a sus características culturales y religiosas. La comunidad musulmana española ya ha pedido a Zapatero el reconocimiento legal de la poligamia. De momento mientras se unifica la jurisprudencia en España, se les pagan la pensión a las viudas, reconociendo de facto la poligamia. Desde su perspectiva multiculturalista, les parece justo y no les importa demasiado que la poligamia suponga un choque frontal contra la legalidad española. En el tema del velo, el problema no es si una mujer musulmana lo lleva o no, sino si lo lleva porque quiere o porque se siente obligada.

También ante la existencia de comunidades de emigrantes con costumbres propias, muchos progresistas y también gente de la derecha, defendiendo un multiculturalismo simplón, cometen el inmenso error de respetar a ultranza dichas peculiaridades, y parece que apuntan a una salida, como si quisiesen volver a la Edad Media, que permitía que distintas leyes, fuesen aplicables a diferentes tipos de personas, bien fuesen cristianos, musulmanes o judíos.

Estos políticos miedosos, olvidan que una de las características de la Europa Moderna -aquella que vivió la Ilustración y parió la Democracia- es la que fue capaz de superar la organización social dividida en estamentos o estados, para proclamar el principio de que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. Somos ciudadanos en la medida en que compartimos derechos y deberes, amparados por la Constitución.

A los emigrantes los debemos acoger de buen grado, han venido porque los necesitamos. Es lógico y razonable que mantengan sus señas de identidad y que quieran conservarlas, pero también todo emigrante debe adaptarse al país de acogida, respetar sus leyes y contribuir al esfuerzo colectivo de estas sociedades de acogida, por gratitud y por favorecer la convivencia.