El número de candidaturas con que cuentan nuestras poblaciones en la cita que todos tenemos con las urnas este domingo refleja la pluralidad de nuestra sociedad, pero también es una evidencia de la desunión reinante.
Que poblaciones como Tudela, Cintruénigo, Murchante o Cortes, por citar sólo algunos de los muchos ejemplos, cuenten con tan variada cantidad de candidatos y candidaturas, es reflejo de una sociedad moderna y desarrollada, pero también del momento en que vivimos, el del nacimiento de una nueva Era en la que el plantel izquierda-derecha ya no sirve, y la divisoria oriente-occidente, norte-sur, ricos-pobres ha cambiado radicalmente, y además en contra de nuestros intereses
y poniéndonos cuesta arriba el futuro.
Sólo hay que ver que el FMI ha alertado de la generación que se da por perdida en España -y pegada a la TV- debido al paro y los cambios socio-económicos. Además, en otro orden de cosas, el retroceso dado estos días en el Tratado de Schengen nos está dejando una vez más bien claro que es el momento de movilizarse si no queremos quedarnos fuera de esto. Sea lo que fuere. Y si es alarmante que los jóvenes no se muevan y soporten un 43% de paro juvenil, lo es más que ahora que tenemos ante nosotros la opción de responder ante la apuesta municipal que nos hacen donde vivimos, no nos movamos...
No voy a decir aquí que vea claro eso de votar el domingo, pero lo que si veo es que de alguna forma hay que empezar a mover ficha participando en todo lo que nos afecte. O tocamos la realidad o ella nos dejará fuera.
