En su discurso de investidura: “Se quiere hacer ver que lo que llaman el conflicto persiste porque hay una separación impuesta de Navarra respecto a las provincias vascas. Por tanto, como Navarra es el problema, Navarra debe ser la solución a ese problema. Pero Navarra no tiene, en realidad, un problema de territorialidad y por eso Navarra no puede ser solución política para ninguna fuerza política (...) Navarra mantiene una fuerte caracterización y señas de identidad que le son propias y peculiares: lo vasco y el euskera son elementos que enriquecen esta identidad, pero no constituyen la esencia específica de la misma. La naturaleza vasca de Navarra trasciende en mucho a la existencia de un proyecto nacionalista vasco y no plantea ninguna necesidad de incorporación a la CAV… Los navarros no buscamos confrontación alguna. En todo caso, nos defendemos de quienes la buscan queriendo imponer su ideario en contra de la mayoría”.
