El brutal atraco que sufrió la joyería Villar Hijo el pasado sábado, y que llevó a sus propietarios al hospital, lógicamente no se ha quedado en un mero suceso, sino que ha trascendido a la opinión pública, al gremio de joyeros y a las asociaciones de comerciantes, y puesto de manifiesto la necesidad de ampliar la presencia policial en las calles de nuestra ciudad. No cabe duda de que en los tiempos que corren, con la crisis como marco de referencia, los delitos han empezado a dispararse. Era de esperar.
Los joyeros se han reunido con el alcalde, Luis Casado, quien les ha prometido un aumento de la presencia policial en sus calles, que ya se ha dejado notar.
Por su parte, las asociaciones de comerciantes de Tudela, al tiempo que desean una pronta recuperación del joyero Javier Villar y su esposa, Mª José Sanz, y condenan el ataque, no se van a quedar de brazos cruzados y van a solicitar en los próximos días “las reuniones pertinentes a las autoridades locales a fin de, entre todos, evitar sucesos tan graves como este”. Así las cosas, parece que se hace necesaria una reunión de la Junta de Seguridad Local.
