Opinión

Más libertad

Según el Gobierno de España, llevamos más de veinte años con la ley de Libertad Religiosa y toca ya revisarla -con la intención nada oculta de aupar al Islam y rebajar el Catolicismo-, cuestionándose los símbolos cristianos en la vida pública, arguyendo que estamos en un estado aconfesional moderado. Plantean el laicismo, no como un riesgo ni como una amenaza, sino en la idea de avance democrático. Vuelven a insistir en la ampliación de libertades.

Presentan en 172 medidas, un Plan Nacional de Derechos Humanos que dicen “no van contra nadie”, que incorpora a la vida real la pluralidad de la Constitución, y con este buen pretexto, pretenden desdibujar la presencia pública de la Iglesia en España. La Vicepresidenta presentó el Plan ante Ban Ki Moon en la ONU, pavoneándose de que nos situaremos -junto a Suecia y Noruega- en la vanguardia mundial de los Derechos Humanos. Planean crear un Observatorio sobre el pluralismo religioso, que estudie la gestión pública de la diversidad religiosa, y quieren formar a policías, militares, y facultativos en materia de libertad religiosa.

La separación entre la Iglesia y el Estado supuso un gran progreso de la humanidad. ¡Dar al Cesar lo que es del Cesar, y a Dios lo que es de Dios! sigue siendo la clave tanto para la Iglesia como para el Estado. Esta sana separación, permite a la Iglesia cumplir con su misión de llevar su mensaje de salvación a la gente. También la Iglesia, que conoce bien la naturaleza humana, se apoya en ella, para despertar en toda sociedad las fuerzas morales y espirituales, que contribuyen a fomentar, entre todos, el bien. Esto no supone ir contra la No confesionalidad del Estado, la propia Iglesia trabaja por garantizar y promover algunos de los principios éticos fundamentales -como son: la dignidad de la persona y el bien común de la sociedad-, y es allí donde se encuentran tanto el propio Estado como la Iglesia, en un marco de cooperación.

Vimos, en la pasada investidura de Obama, que no supuso problema alguno la aplicación de todos estos conceptos. Respeto a todos, sin ocultar la Señas de Identidad americanas. Nadie discute que hay que garantizar los derechos de todos, tanto de los católicos, de los protestantes, de los musulmanes, de los agnósticos, de los ateos, en nuestro caso de todos los españoles. Hoy día nadie plantea ningún problema, a la diversidad de creencias.

Lo que ha configurado a España, fue la unificación de los distintos pueblos peninsulares, por parte de la acción civilizadora de Roma, llegando a convertirse a Hispania, en una parte esencial del Imperio, todo unido a la impronta de la Cruz -es decir al enraizamiento del catolicismo- que es lo que ha caracterizado, para bien o para mal, a nuestra historia, a nuestro arte, a nuestras ciudades, a nuestros antepasados. Hemos dejado huellas de todo ello, por todo el mundo y en especial en el continente que descubrimos. Hoy esta gran herencia, sigue impulsando a la cultura española, convertida en una de las imprescindibles de la humanidad.

Intentar obviar esta realidad, sería una gran torpeza, supondría volver a cometer errores del pasado, haciendo de la cuestión religiosa un problema de convivencia entre españoles. El deber de un Gobierno debería ser el de resolver problemas y no crearlos. A pesar de la crisis económica el Gobierno, da un paso más, y aplica a los demás, lo que no se aplican a ellos mismos.

Para muestra un botón: vemos que la actual ley electoral sólo beneficia a los grandes partidos estatales, y perjudica notablemente a los pequeños partidos como IU o UpD, al darles a los grandes un plus de entre 15 / 20 diputados más en cada elección. Para luego intentar constreñir a la religión mayoritaria –la católica- ¿con qué tipo de autoridad moral? quieren aplicar a la Iglesia, lo que no son capaces de aplicarse a ellos mismos, en el terreno político. ¡Porqué acomplejarse! al compararse con Suecia y Noruega -países fríos, de tradición protestante-, con unos modelos sociales que hace tiempo que entraron en crisis, y que están en las primeras posiciones: tanto en suicidios, como en asesinatos de mujeres por violencia machista.

¡Ya está bien!, con esa manía de intervenir en todo, queriendo cambiar nuestro perfil moral con Educación para la Ciudadanía. Sabemos que cuentan con el apoyo de muchos, pero desde luego, no con el mío. No necesitamos ningún Observatorio: lo que necesitamos es más libertad y menos intromisión desde el poder. Necesitamos más valentía por parte de la gente normal, para que no escondamos, ni nuestras ideas ni nuestra fe, ya que en la medida en que estas sean vívidas, ninguna legislación las podrá constreñir.

No caigamos en la trampa de que lo respetuoso y correcto es ocultar las ideas religiosas, practicándolas sólo en el ámbito privado. Hay que recordarles, lo que dice el articulo 18 de la propia Declaración de los Derechos Humanos “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

Parecería que quieren subrayar como correcta, una restricción dudosamente constitucional, y que sí bien muchos la aceptan, otros muchos no la aceptamos, ya que vemos que con esta ampliación de derechos, apoyan a su ideología, restringiendo la nuestra, y para colmo si no les aplaudes, te consideran facha, que de todo ello, hay mucho que discutir, otro día.