Tudela, desde hace años, campa por sus destinos, y ahora lo hace también, como siempre le ocurre, por su liderazgo, por el que parece que nadie quiere apostar de verdad.
Mientras UPN ya ha hecho su equivocada apuesta poniendo de cabeza de lista en la ciudad la figura política desgastada de una Mariví Castillo que ya concluyó su etapa municipal hace lustros, con resultado desigual. El PSN insinúa que va a abogar por presentar a una valtierrana Elena Torres que, a todas luces, no terminan de apoyar ni sus bases, o lo que queda de ellas, fuera de su aferradísimo establishment.
Si éstas son las apuestas de los dos grandes partidos para gobernar en la segunda ciudad más importante de Navarra... ¿Cómo se harán en el resto de nuestros pueblos las listas para regir su futuro?
Una vez más, da pena -y miedo- ver con qué frivolidad las siglas vilipendian una ciudad, Tudela, que en lugar de liderar un programa de comarca, malvive sin proyecto, sin criterio, sin objetivos ni sentido, mientras, a pasos agigantados, retrocede a los dulces años 60 de los que, parece, no sabe o quiere salir.
