Opinión

Manipulación

El día 12 de noviembre se celebró en Madrid una manifestación en contra de la LOE (Ley Orgánica de Educación). Una marea humana de cientos de miles de personas, dos millones para la organización, un millón y medio para la Comunidad de Madrid y 407.000 según la Delegación de gobierno, se pronunciaron en contra de la ley. En un ambiente festivo pero reivindicativo, dando ejemplo de civismo y educación, se solicitó impulsar la negociación consensuada de una verdadera ley de calidad de la enseñanza y la retirada de la LOE.

Lo que realmente produce indignación es la manipulación que de la manifestación han hecho algunos medios de comunicación y los pronunciamientos del gobierno. Parece no encontrar acomodo en el concepto que algunos tienen de la democracia el hecho de que la calle ya no sea sólo de la izquierda, que la ha utilizado permanentemente como presión, sino de cualquier persona normal que ve mancillados sus derechos más elementales y se revela contra la irresponsabilidad del gobierno que los auspicia e impone. Desde el gobierno se intenta trasmitir a la opinión pública, tergiversando la realidad, que los dos millones de manifestantes ignoraban por qué protestaban y que el partido popular y la conferencia episcopal mienten. Para rematar la faena utiliza la amenaza contra la Iglesia de suprimir su fuente de financiación, vía presupuestos, si siguen apoyando las movilizaciones contra la ley. Lamentable ejemplo de respeto a los ciudadanos desde el poder ejecutivo.

Quieren reducir la protesta, de forma torticera, a la cuestión de la religión y los colegios concertados y privados que, no siendo temas menos importantes, no son los únicos. Intentan colocar una cortina de humo para tapar el contenido de una ley que no dará calidad a la enseñanza, no exigirá esfuerzo a los estudiantes, no reforzará la figura del profesorado, no instruirá en valores ni en contenidos y creará diferencias de educación en las 17 comunidades autónomas. La aplicación de esta ley tendrá un resultado previsible de generaciones menos preparadas humana e intelectualmente que todos pagaremos en el futuro y en especial nuestros hijos. Con la libre circulación de trabajadores dentro de la Unión Europea, con igualdad de derechos, colocará en los puestos de trabajo a las personas más preparadas, que por desgracia no serán los españoles de la LOE.

Además no olvidemos que la falta de consenso en el alumbramiento de esta ley la aboca a un desastre a corto plazo cuando el signo del gobierno cambie. Una irresponsabilidad más a la que ya nos tienen acostumbrados como si fuera la normalidad en política. Es cierto que cuanto menos instruida esté la juventud más fácil será influenciarles e inculcarles las consignas gubernamentales como única realidad vigente. Y ¿dónde está la libertad de los padres para educar a sus hijos? ¿dónde está la igualdad de todos los españoles con independencia de la comunidad en donde residan? ¿Cuál será el nivel de formación de nuestro sistema educativo cuando se premia el suspenso para pasar de curso fomentando la ley del mínimo esfuerzo?