Opinión

Madre, cargo vitalicio

Ha pasado el día de la madre, y aunque para mí -supongo que igual que para muchas mujeres- esa fecha es todos los días, me hizo mucha ilusión ver el esfuerzo que mis hijos habían puesto en realizar sendos trabajos, sobre cartulina, en los que expresaban lo mucho que querían a su mami, a pesar de sus rabietas, de desoír mis indicaciones, en muchas muchas ocasiones, o de hacerme algunos ratos imposibles (como debe ser, claro).

Ser madre es difícil, y una lo puede comprobar ya desde el embarazo, el parto y posterior alumbramiento, en los que el tópico que une maternidad y felicidad no es más que eso, un tópico.

Muchas mujeres lo reconocen: vivir durante varios meses con una barriga prominente y torpe, que no te deja ni atarte los zapatos, y con naúseas y vómitos, se suma después al parto, con las dolorosas contracciones... y al posparto, con esos molestos puntos de sutura, las grietas en el pecho, las ojeras hasta el suelo, la falta de sueño... y dar de mamar; todo un suplicio si tu bebé no coge bien el pecho y encima te salen grietas...

No es todo tan bello ni tan idílico como se pinta. Ser madre inunda de felicidad, pero también implica sufrimiento, y es un compromiso vitalicio. Desde aquí, mi apoyo a todas las mamás.