Opinión

Los jueces al estrado

El exceso de judicialización nos lleva por derroteros insospechados pero

que las repercusiones pueden ser muy graves e incluso puede ser que no

tengan remedio.

Someter todo, y digo bien todo, al tamiz de la ley, y no digo LEY, y no

digo JUSTICIA, para que jueces y juezas tomen determinaciones sobre

cualquier cosa por insignificante, o por máxima relevante que esta tenga, nos lleva a sin razones de someter al juez a juicio.

Cuidado, no digo que no pueda, y que no deba de ser controlado un juez u

una jueza, no digo que la LEY no se encuentre por encima, y por lo tanto,

que todos y cada uno de los ciudadanos, independientemente de su

condición, de su profesión, de posición social, deba de ser respetuoso con

la ley, pero no se puede cuestionar todo.

Esa forma de actuar, que desgraciadamente hoy prolifera, cuestiona a los

padres, a las madres, a dioses y a hombres, cuestiona a los médicos, a los

jueces, a los policías, etc., y eso, no tiene más que una repercusión

lógica, si no se pone remedio lo que verdaderamente es cuestionable y se

somete a cuestión de manera permanente es el sistema, es la propia

sociedad, la que se judicializa de tal manera que lo que resulta es la

actuación de los profesionales, quienes se ven abocados a no trabajar por

miedo a ser responsables de todo...