Opinión

Los inmigrantes no conviven, por ello el Ejecutivo busca la integración

Actualmente, según datos de 2014, el 13,5% de las 640.000 personas que residen en Navarra nacieron en el extranjero, es decir, un total de 86.240 habitantes llegaron de fuera. De ellas, el 31% tienen la nacionalidad española y cuenta con los mismos derechos y deberes que el resto de ciudadanos navarros.

Por su parte, las 59.363 personas que son propiamente extranjeras, representan el 9,3% de la población navarra, frente al 10,7% de la media estatal.

Por municipios, Castejón es la localidad navarra con mayor porcentaje de personas extranjeras (el 23,6%), seguida de Villafranca (20.9%), Larraga (19,9%), Funes (19,4%), Milagro (18,7%), Cintruénigo (18,2%), Caparroso (18,1%), Corella (18,1%) y Cadreita (17,6%). Unos datos que, a estas alturas, ya no sorprenden a nadie, ya que no existen hostilidades ni conflictos significativos, si bien cada colectivo extranjero vive al margen de los otros, sin apenas relación, y sin convivencia entre inmigrantes de diferentes nacionalidades, según dio a conocer la semana pasada el Director General de Política Social, Mariano Oto, que presentó, junto al consejero Íñigo Alli, la ‘Estrategia Navarra para la Convivencia’, que busca que esa coexistencia se convierta en integración real.

Así, este documento de la Estrategia Navarra para la Convivencia entre personas autóctonas y de origen extranjero contempla tres líneas estratégicas desglosadas en 16 medidas:

1. Gestión de los procesos jurídico-administrativos de las personas extranjeras; 2. Información y derivación acerca de los procesos relativos de la normativa de extranjería; 3. Acceso al aprendizaje de la lengua castellana a las personas extranjeras; 4. Promoción del empoderamiento de las mujeres inmigrantes ante la detección de situaciones de vulnerabilidad derivadas de su sistema cultural de origen; 5. Fomento de los espacios de socialización y de la interacción entre jóvenes inmigrantes y autóctonos; 6. Retorno voluntario al país de origen; 7. Alojamiento temporal para jóvenes y mujeres inmigrantes; 8. Gestión de la diversidad cultural; 9. Acceso de las personas extranjeras al sistema sanitario de Navarra; 10. Mejorar la empleabilidad de la población extranjera en situación jurídico-administrativa irregular; 11. Promoción de la convivencia intercultural en el espacio local; 12. Apoyo a las asociaciones de personas inmigrantes para la promoción de la diversidad cultural; 13. Acciones de sensibilización acerca del fenómeno migratorio; 14. Formación en materia de interculturalidad a profesionales y responsables políticos de las administraciones públicas de Navarra; 15. Análisis y difusión acerca del fenómeno migratorio en Navarra; y 16. Intervención en mediación lingüística e intercultural.

Vista la ambiciosa, compleja y completa lista de medidas a propiciar, es fácil asegurar que casi nada pretende lograr el Departamento con los 2,89 millones de euros que va a destinar al efecto hasta 2017, para “mejorar la convivencia entre población autóctona e inmigrante”, ante una realidad contundente que, lejos de preocuparnos en exceso, necesita de sensibilidad y atención para que, a medio y largo plazo, no se convierta en un auténtico problema social, por desarraigo, desconexión y hasta por enfrentamientos culturales futuros, por falta de conocimiento mutuo.