Opinión

Libertad de prensa

El día 3, además de la Santa Cruz de Mayo, cuya Novena ya ha comenzado y cuya romería se celebra no sólo en Tudela con su tradicional “culeca”, se conmemora el Día Internacional de la Libertad de Prensa.

Así, sin muchos preámbulos, suena grandilocuente semejante efemérides en la que Amnistía Internacional recuerda la cantidad de personas que en el mundo se encuentran perseguidas o encarceladas por ejercer un derecho tan elemental como el de la libre expresión de unas ideas.

Sin embargo, todos esos estrategas no sopesan el riesgo que supone cada semana dar en esta columna una opinión personal, así como dar rienda suelta y dejar ponderadamente que la ciudadanía se exprese, en una comarca como ésta, tan poco dada al debate.

Uno termina por cansarse de que lo paren por la calle para explicarle que tal o cual forma de ver las cosas es, o era, en la práctica, pecado mortal... Condenando a uno -que tiene otros menesteres- al mayor de los ostracismos por dejar sus páginas a disposición de según quién.

Se dan casos entrañables, como el del amigo Delfín Pérez Lahera que, en cierta ocasión, recordando uno de estos puntos de vista semanal, me argumentaba su contrariedad recordando a mi abuelo Natalio, -el Carlista-, “con lo que él era”. Otras veces, recibes sentidas cartas de gentes bienpensantes como la de la señora María Rosario Pardo Sanz, que, sin embargo, recriminan que no compartas editorialmente un punto de vista público. ¡La verdad es sólo eso!