Sorprende el dato. En 2014, de los 300 millones de euros que los navarros se gastaron en juegos de azar, 117 fueron a parar a las tragaperras. Y también choca que cada navarro se dejara en estas cosas nada menos que 178 € de media.
Las apuestas están creciendo año a año, llevándose este último el 16% de este gasto ‘absurdo’, que parece ser el refugio, la esperanza colectiva, de una sociedad que, a la postre, se encuentra inmovilizada y es incapaz de plantear alternativas más allá de la búsqueda del maná en el azar... Estos datos, extractados de la ‘Memoria anual del Juego en Navarra’, nos recuerdan que mal nos tiene que ir si recurrimos, ciegamente, a ese pozo sin fondo.
