ETA ha vuelto a las andadas, si es que alguna vez dejó de estar en esa parte oscura de la sinrazón. Se considera juez y parte, sumida en una lógica que nadie entiende, mientras los extremos de uno y otro bando comienzan de nuevo a agitar sus banderas.
¡Volvió el tedio de los grandes dogmas, y la disciplina de los credos sin confesión ni mea culpa posible! Perdió el sentido común, el respeto, la lógica...
Ahora que parece que PSN se va a poner de acuerdo con NA BAI e IU para formar gobierno en el desgobierno de una Navarra sumida en las consignas y el miedo de las partes -una frente a otra, irreconciliables por pura doctrina- llegan estos cantamañanas, toman la batuta y se disponen a dirigir una orquesta que ni les corresponde, ni les sigue, y en la que ya nadie entiende sus supuestos fines: ¿Qué es eso de “Territorialidad”?
Se han convertido en cuatro pistoleros que de forma endogámica alimentan sus fantasías y a sí mismos fuera de ideologías, derechos humanos y un mínimo y fundamental respeto a la voluntad de las mayorías y a las reglas de un juego que tiene sus lagunas, pero que es un buen modelo para garantizar la convivencia. ¿A costa además de defender a qué pueblo dicen?
