No soy yo sino Jesucristo quien dijo que no éramos libres, cuando afirmó que la verdad nos haría libres.
Pero partimos de la más grande de las ignorancias y llegaremos a la Verdad total, cuando nuestro paso por este universo termine.
Algunos se empeñan en querer ser dueños de la verdad, y se convierten en unos fanaticos, pues todos tenemos nuestro trocito de verdad.
Por eso la Jerarquía Católica debe de contar con todos nosotros el pueblo de Dios, pues al Espíritu Santo se le entiende mejor cuanto mas amplio es el numero de personas consultadas.
Dios es Alfa y Omega principio y fin de todas las cosas.
No es fácil explicar con palabras que el mismo Dios se hace humanidad para comprobar por si mismo desde la ignorancia supina hasta el conocimiento supremo su obra perfecta llena de Leyes maravillosas, que la humanidad poco a poco debe de descubrir para ir ascendiendo desde un poder infantil hasta un poder total que sea la fusión con lo que nunca hemos dejado de ser: Dios mismo.
Personas llenas de buenos sentimientos se escandalizan cuando se les cuestionan sus creencias, no son capaces de analizar con empatía lo que Dios en el curso de los acontecimientos nos va rebelando, a través de distintos campos ya sean estos teológicos, filosóficos, místicos o científicos.
La ignorancia es la base de nuestros errores y en el conocimiento esta poder superarlos.
