Un 19,5% de la población española se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida en 2009 difundida por el Instituto Nacional de Estadística. Además, para el presente año el INE estima que se alcanzará el 20,8% de pobreza relativa, medida ésta como el andar en el 60% de la media de los ingresos de las personas, sin imputar la vivienda.
En nuestra comarca somos más afortunados, porque los ratios nos sitúan en torno al 8%, pero los datos generales son alarmantes. Y mirándolos de forma global, nos quejamos de auténtico vicio: En todo el mundo 64 millones de personas viven por debajo de la denominada “Línea de Pobreza”, al estar viviendo con 1,25 dólares -0,90 euros- al día. ¡Casi nada! -y nunca mejor dicho-.
Para terminar de echarse a temblar, no hay como repasar las cifras de las personas que viven en situación de pobreza multidimensional, que es como define la ONU de forma rimbombante el estar jodido de verdad: Nada menos que 1.750 millones de seres humanos se encuentran es esa precaria situación.
Y vistas así las cosas: ¿De qué leches nos quejamos aquí llamando “Crisis” a este maná, ahora, con esfuerzo? ¡Si vivimos como queremos!
Ahora bien, Mahbub ul Haq, el economista que ayudó hace 20 años a la ONU a realizar el primer Índice de Desarrollo Humano, IDH, para calcular todas estas cosas, aseguró ya entonces que “la verdadera riqueza de una nación está en su gente”. Por ello, no debemos preocuparnos. ¿O sí?
