Me permito contestar al escrito aparecido la semana pasada en esta publicación con el título “El ocaso de Casado” y que se firma con el seudónimo de La conciencia. Como Alcalde, y persona pública que soy, sé que estoy sujeto a críticas, unas constructivas y otras destructivas, y con ellas me acuesto todos los días, pero no puedo permanecer callado ante sus opiniones cargadas de rencor, espero que sólo político. Porque ni callo ni otorgo. En mi opinión, su escrito destila cierto tufillo revanchista, como consecuencia de no saber quien lo escribe. No quiero creer en oscuros propósitos y que le hubiera traicionado el subconsciente.
Pues va a ser que no Sra. Conciencia. Cada uno es como es; los hay altos, bajos, gordos y flacos, rubios y morenos, simpáticos y secos con cara de palo, inexpresivos, de los que dan la cara y de los que no, como Vd. que se esconde detrás de un seudónimo para derramar toda su bilis, pues no se atreve a decirlas con su nombre. Si en el titular pone mi nombre, sea valiente y ponga el suyo en la firma.
Si tiene miedo a dar la cara yo no, y considero como un deber del Alcalde estar con los ciudadanos, recoger opiniones y charlar con la gente, y siempre poniendo buena cara, los ciudadanos de Tudela se lo merecen.
Esa cercanía permite conocer de primera mano los problemas de los ciudadanos. Si estoy donde estoy es por la confianza que pusieron en mi persona, y en UPN, la mayoría de los ciudadanos de Tudela apoyando un programa, unas ideas y una gestión.
