Opinión

La madre trabajadora

La confluencia de eventos perjudicará este año a los sindicatos en la que se espera será una sentida celebración del primero de mayo. Sin duda, la fiesta va a girar más alrededor de las Madres y las Verduras, que tras esos berzas vividores del trabajo ajeno.

Como coincide con el sabbat, se les va a ir de fin de semana la peña, de modo que nadie les acompañará en la efeméride. Nadie recordará a esos casi cinco millones de parados, y casi nadie les dará coba ni podrá refrendar su gran quehacer por la dignidad y la calidad del trabajo y el buen desarrollo profesional del trabajador. Es lo que tiene esa gran labor -teórica- que suponen. Si bien en la práctica sólo sirven para que se sigan planteando convenios colectivos centralizados, que no representan ni reflejan la realidad laboral ni el quehacer de PYME alguna.

Y es lo que tiene vivir del cuento del Presupuesto, cuando una organización cuenta sólo con esbirros a sueldo, llega la primavera y los socios de verdad se le van de puente...

Dicho esto, entristece ver el silencio que rodea a toda esa mafia sindical siquiera en estos dignos días en torno a esa otrora emblemática y ahora eufemística “¿Fiesta del Trabajo?”. Son como hormigitas en las que la reina está de marcha con las cigarras. ¡Seremos estúpidos consintiendo semejante despilfarro!