Hace un tiempo que ya dijo Pío Baroja aquello de que “hay días que me levanto que no sé si soy de los míos”. Y ahora, unos cuantos años después, a poco que uno reflexione, le sigue pasando lo mismo.
Esa definición, francesa y revolucionaria, de Izquierda o Derecha, esa decimonónica “Lucha de Clases” que Marx personalizó, ha quedado caduca y renegada. El “qué hay de lo mío” se ha vuelto a imponer, si es que alguna vez no fue la única máxima realmente importante, acto principal de esta comedia permanente.
Porque vivimos en una Campaña Electoral constante que nos ciega los sentidos. O que al menos lo pretende. De la mano
de unas políticas y unos políticos que no saben salir de las consignas, los dogmas y los catecismos.
Por desgracia, proliferan los abajo firmantes de un solo libro, de un único ideal. De una “Lucha” en la que El Otro -sea su sentido, su sentimiento o su estilo- es el enemigo. Negándose las partes. Sólo un pelín de lucidez nos arropa... La última encuesta del CIS arrogaba la lúcida reflexión de que el 31,6% de la población cree que son los Bancos quienes ejercen el poder realmente.
Por fin parece quedar claro: El sentido común, no tiene ideología.
La Lucha no es de clases,
se encuentra en las escalas.
PD: Esta semana Plaza Nueva ha alcanzado la inestimable cifra de 900 números publicados, razón por la que damos las gracias a todos nuestros lectores y anunciantes por su fidelidad.