Opinión

La injusticia del segundo cohete para el “Rios”.

Desde el inicio admito que puede que no sea objetivo en este tema, ya que me une una amistad desde hace años con uno de los integrantes del equipo directivo del combinado del que voy a hablar. También sé que ha pasado bastante tiempo desde el chupinazo tudelano, casi dos meses, pero esta tardanza viene justificada por haber esperado hasta que prácticamente pasaran todas las fiestas de los pueblos navarros para escribir estas líneas. Y por último decir que si al final me he decidido a escribir estas líneas es por la amistad antes mencionada y porque a mi entender el equipo se lo merece.

Varias veces en escritos anteriores he criticado la falta de instalaciones en Tudela, la política deportiva del ayuntamiento o lo difícil que es sacar adelante algún equipo o deportista de élite en nuestro pueblo. Pues bien por fin un equipo de nuestra ciudad ha conseguido despuntar y situarse entre los grandes del país. Un equipo de nuestra tierra ha conseguido militar en la división de honor de un deporte, deporte que no arrastra a las masas como el futbol pero que tampoco se puede catalogar de minoritario. Deporte del que además España con su selección ha cosechado grandes éxitos.

Pues bien una vez conseguido este difícil objetivo, impensable hace unos pocos años, la reacción del consistorio tudelano fue invitarles a que salieran al balcón de la Plaza Nueva una tarde y hacerles una recepción oficial…¡poca cosa a mi entender!...Un baño de flashes, más para los políticos junto al equipo ganador, que para los propios jugadores y directivos. ¡Ah! Y se me olvidaba… el dudoso honor de tirar el segundo chupinazo.

Y digo dudoso honor puesto que la merecida verdadera distinción hubiera sido tirar el chupinazo de este año, el privilegio hubiera sido que alguien del equipo hubiera encendido la mecha del cohete anunciador de las fiestas, no el tirar el segundo cohete del que la mayor parte de los ciudadanos de Tudela que había en la Plaza de los Fueros ni se fijaron debido a los saltos de alegría, a los saludos y a la tradicional “huida” hacia las peñas.

Por eso he esperado al término de las fiestas navarras, para ver si en otras localidades navarras, los políticos son como los de Tudela, muy “celosos de su mecha” y bastante egocéntricos en eso de tirar el cohete. Y ¡oye pues no!, este año en varias localidades han tirado los cohetes, vecinos, instituciones, clubes etc que por una u otra razón destacaron este año. Incluso he averiguado que en la capital, Pamplona, en los últimos años se ha cedido el encendido del cohete a ciudadanos ajenos al consistorio y el chupinazo fue lanzado en su día por el capitán de Osasuna cuando el equipo ascendió, por el presidente del Portland cuando este equipo conquistó la copa de Europa o por el presidente de la comparsa de gigantes al cumplir el 150 aniversario.