El Gobierno Socialista ha dado un gran paso para hacer realidad un principio que todos compartimos, pero que en la práctica no se cumple en muchas situaciones de la vida cotidiana: la igualdad entre hombres y mujeres. Otro hito histórico que pretende tener una España mas democrática , mas justa, mas avanzada.
La Ley de Igualdad, es una iniciativa estratégica. Es un nuevo compromiso electoral cumplido por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Ejemplo de progreso y de justicia. Me siento respaldada por un Gobierno de España que se preocupa por las mujeres, por su discriminación y por la desigualdad.
Como objetivos básicos de esta ley, destacan el hacer real y efectivo el principio de igualdad y eliminar cualquier tipo de discriminación por razón de sexo.
Supone entender la igualdad de oportunidades para las mujeres, como un derecho legal. Un derecho de justicia.
Parece fundamental reconocer que no podemos permitirnos el lujo de prescindir del talento y el conocimiento de las mujeres, que suponen la mitad de la población.
Aun siendo toda la Ley importante me gustaría destacar el carácter transversal de la misma, que afectará a todos los ámbitos: actuación de los poderes públicos, empleo y Seguridad Social, educación, sanidad, medios de comunicación, nuevas tecnologías, desarrollo rural, vivienda, contratación pública, listas electorales, lucha contra el acoso sexual y medidas de conciliación de vida laboral y personal.
Mientras unos se dedican a desprestigiar nuestro País, otros como el Gobierno de España trabaja en ampliar derechos, en mejorar las condiciones de vida de la gente, en políticas sociales que pasaran a la historia del progreso social de España. Es cierto que perdimos el tiempo mientras gobernaba el PP, ya que para ellos este tema no estaba en su agenda.
Los datos estadísticos que aportó el Ministerio son alarmantes, ya que demuestran que la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 40%, y que la diferencia porcentual de la tasa de ocupación es de veinte puntos.
Se reconoce el derecho a la conciliación de la vida personal y laboral, el fomento de una mayor corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la asunción de las obligaciones familiares y fija medidas para prevenir el acoso sexual en el trabajo. Además, establece una representación equilibrada entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de las Administraciones Públicas, y propone una composición, igualmente equilibrada en las listas electorales (ningún sexo podrá tener menos del 40 por ciento).
Además, se establece el permiso de paternidad de 8 días, la mejora de las excedencias para el cuidado de hijos, y la nulidad de las represalias que pueda sufrir una mujer por un embarazo.
Con esta ley no solo las mujeres sino todas las personas debemos de sentirnos contentas, porque se ha dado un gran paso en devolvernos dignidad, acabar con la discriminación, en poner condiciones que permitan ejercer el derecho a la conciliación laboral y personal.
