Opinión

La estrecha banda ancha

Es un secreto a voces, pero nadie se atreve a decirlo abiertamente, ya sea por interés o, lo que es más triste, por miedo a la represalia, pero no hay empresa de la Ribera que esté trabajando en la EXPO de Zaragoza que, sin luz ni taquígrafos, no reconozca que las instalaciones de la Exposición no se van a terminar a tiempo ni soñando despierto, y que, por ejemplo, el hotel del área del Actur va a ser sólo una fachada, porque la obra civil no les va a dar tiempo a terminarla. El asunto llega al punto de que hay países que no van a venir porque no les da tiempo a hacer las infraestructuras necesarias, pero el tema apenas se comenta por un temor, digamos extraño, a no saber reconocer los errores y mirar para otro lado cuando un problema se cierne sobre nosotros...

Y lo mismo ocurre con Internet. El sábado se celebró su Día Mundial. Todo fueron alabanzas y un repaso general magnificado a las excelencias de las nuevas tecnologías, pero nadie mencionó cómo las compañías de telecomunicaciones, de televisión por cable, telefonía, móviles y “banda ancha”, nos meten gato por liebre hacíendonos pasar por lo más estrecho y cobrando no se cuántos megas de capacidad en el ADSL, por poner un ejemplo, y dando menos de la tercera parte real de ese servicio.

Es una vergüenza en toda regla que el consumidor asume con total impunidad, porque cualquier consulta choca frontalmente con los servicios de atención telefónica de esas grandes compañías que se las saben todas para marear la perdiz y dejarte como estabas. Pero lo que es cierto y notorio es que en España pagamos por el acceso a la red y por el empleo del teléfono muchísimo más que nuestros vecinos de Europa, teniendo un servicio bastante peor. La modernidad que nos falta pasa obligatoriamente por cambiar este tipo de cosas. Mariano