Opinión

La crisis afecta más a los que menos tienen

Estas navidades, hemos sido testigos, de grandes diferencias entre ricos y pobres y sobre todo se han notado más en aquellas instituciones que más deben de hacer por dar buen ejemplo, de caridad cristiana.

Desde los conciertos, fiestas y boatos dados para festejar al Papa Benedicto XVI , por instituciones gubernamentales españolas, como el presidente de Asturias Sr. Cascos, hasta los gastos, en el Vaticano, Catedrales, Basílicas ,Monasterios para festejar el nacimiento de un pobre nacido en un pesebre por no tener casa.



Los millones empleados en inciensos, campanas, cálices preciosos, trajes bellamente engalanados, imágenes llenas de piedras preciosas y mantos bordados con hilos de oro, harían sonrojarse a Cristo.



Cuando los pobres se mueren de hambre, no por no haber comida, sino por no hacer una justicia social, para que puedan comer, preferimos gastar en fiestas y boatos, que si mal está en mí, pobre jubilado, muchísimo peor está en una institución, que engaña a toda la humanidad, diciendo que es la Iglesia de los pobres y gasta más en ella que en hacer justicia social.



La Iglesia vive de dineros aportados por gobiernos y monarquías, que cargan de impuestos al pueblo, para que sus obispos los gasten en arreglos, mantenimiento, fiestas y boatos, antes que para conseguir una justicia social, que acabe con una lacra de siglos, que nunca se solucionará, con una caridad ramplona, como hacen estos jerarcas católicos.



Con la excusa de los pobres, y la falsedad de prometernos la salvación eterna en un cielo inexistente, les damos un dinero, para seguir viviendo del cuento apostólico y lucirse, poniéndose medallas de santos varones, cuando solo son unos machistas estafadores.



La crisis debe de acabar con gastos inútiles , Dios no necesita de sinvergüenzas, que nos engañan y asustan con infiernos, que ofenden a nuestra inteligencia y van contra toda lógica teológica.