Opinión

La conciliación y los Abuelos

Se habla de conciliar vida laboral, familiar y personal, hasta el punto que el Gobierno de Navarra acaba de poner en marcha una Campaña de Conciliación en colaboración con catorce ayuntamientos, y se deja un poco de lado, no se tiene en cuenta, la callada labor que están desarrollando los Abuelos en las Familias modernas.

Los cambios generacionales que se están produciendo en nuestra sociedad son brutales, y estos progenitores primigenios están asumiendo una labor, antaño realizada de forma exclusiva por la Mujer en la mayor parte de los casos, que está aliviando a las parejas de unos quehaceres que, no nos engañemos, no hay forma de realizar si no se cuenta con la ayuda de una asistenta que, evidentemente, se ha de pagar.

Los países nórdicos, los más avanzados con diferencia en estos temas, asumen las cargas familiares dando desde el Estado apoyo económico a las familias si uno de los progenitores opta por quedarse en casa atendiendo a la prole o al cuidado de los ancianos. Pero aquí, son justamente los mayores quienes, de forma gratuita, están realizando ese trabajo. Las más de las veces gratamente, porque en sus tiempos no pudieron disfrutar de su prole, pero otras veces forzadamente, al asumir una responsabilidad que le pesa en exceso. Y no debemos mirar para otro lado: Habrá que reconocer que se trata de un apaño. No una solución.

Lo queremos todo. Y la clave de la complicada aplicación de la “Conciliación” que promueven Gobierno Foral, central y otros organismos e instituciones está más en nosotros mismos: ¿Qué tipo de vida queremos realmente? Las posibilidades económicas que ofrece el trabajar los dos, ¿compensa? Es difícil responder. Pero es la clave.