Opinión

La brecha formativa

Los Indicadores de la Ribera, publicados por AER, suponen una valiosa y relevante contribución al conocimiento del estado de nuestra comarca en el seno de Navarra. Confirmando tendencias detectadas en estudios anteriores, los datos aportados en su 3ª edición son muy reveladores de las crónicas deficiencias de la Ribera y de la urgente necesidad de ponerles remedio.

En el aspecto demográfico, según ese estudio, durante los últimos años (de 2001 a 2004) ha habido en Navarra un crecimiento general de población, pero la mayor subida se ha producido en la zona de Pamplona, que sigue aumentando su peso demográfico (53%) en el conjunto de la Comunidad Foral. Además, mientras en toda Navarra, sobre todo en la Ribera, el crecimiento demográfico se produce casi exclusivamente por efecto de la inmigración extranjera, en Pamplona también se asienta población del resto de Navarra y de España.

En cuanto al nivel de especialización profesional de la población adulta, el índice de trabajadores no cualificados en la Ribera es el más alto de Navarra y, por el contrario, el de directivos de empresas o administraciones el más bajo. Pero todavía peor, el índice de técnicos, científicos e intelectuales está muy por debajo de la media española y supone menos de la mitad del de Pamplona. Este déficit de cualificación de los riberos es el factor clave que explica la inveterada dificultad de la Ribera para lograr el despegue económico y superar la brecha con Pamplona.

¿Es previsible que en el futuro se corrija esta situación? No parece fácil, porque las actuales tasas de escolarización de los jóvenes riberos no mejoran las perspectivas. Conforme subimos en el nivel de estudios, más lejos se queda la Ribera del resto de Navarra, e incluso de España. Lo que significa hipotecar el futuro de nuestra zona. Sólo en FP de grado medio, la tasa de matriculación es similar a la media navarra y superior a la española; en FP de grado superior estamos por encima de la media española pero lejos de la media navarra; y en estudios universitarios, la tasa de matriculación es muy inferior a la media de España y de Navarra, y no digamos de la de Pamplona, que casi nos duplica en estudiantes de licenciaturas e ingenierías. La extendida tradición de estudiar sólo lo mínimo, y buscar trabajo enseguida, nos pasa factura.