Sólo en 49% de los jóvenes se declaran abiertamente católicos, y claro está, hay quien pretende sacar tajada de esto, y claro está, la moda actual del laicismo dice que este bajo porcentaje responde a un ¿agotamiento moral? Anda que se las trae el término empleado; ¿agotamiento moral?, ¿pero realmente sabrán a qué se están refiriendo?. Yo, y conste que aún teniendo formación humanística, lo entendido por moral, a grandes rasgos, o se tiene como un valor intrínseco en la condición de personal o se carece totalmente de ella; con lo que se puede llegar a poner en duda la condición propia de persona, pues cuando un ser humano carece de valores morales, persona, persona, pues no es, sólo se queda con un ser animal racional, que obedece a un raciocinio, y a un intelecto, que si no va presidido por la moral, como conjunto valores, carece del desarrollo del individuo como persona.
Para más de lo mismo, aluden a que los resultados nada satisfactorios de la encuesta, tienen que ver también con una situación de impopularidad de la Iglesia; pero qué atrevida puede llegar a ser la ignorancia. La Iglesia, la verdadera Iglesia, el compromiso de fe que exige una vida cristiana, ha sido siempre impopular, desde sus inicios, y esa misma impopularidad ha llevado al nacimiento de vocaciones y movimientos de evangelización. Impopularidad que dicen ser respuesta social, a la manera de posicionarse ante temas como la sexualidad, el matrimonio entre homosexuales o el aborto. ¿Pues qué esperaban?, la Iglesia Católica ha dejado claro siempre, a o largo de la historia, su concepto de familia bajo el prisma de un matrimonio entre un hombre y una mujer, por tanto de la misma manera ve la homosexualidad con un planteamiento claro y que no lleva ni a engaños, ni ha cambiado durante siglos.
Qué decir tiene la consideración del aborto como un acto contra una vida humana, y como tal desde el momento en que se realiza con la utilización de la razón, se convierte en términos legislativos penales en un asesinato, pura y simplemente asesinato de una persona.
El resultado de esta encuesta, denota en su término que a los jóvenes actuales, no les interesa ni la religión, y tampoco la política; sólo parecen prestar verdadera importancia a las relaciones afectivas, pero ¿cuál es, o debería de ser el verdadero trasfondo de la política y de la religión, sino el Amor?.
