Opinión

Jacinto, 'el tonto del pueblo'

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¿Por qué no toreo en las fiestas de mi pueblo aun pagándome mi cuadrilla y sin cobrar y donando mis honorarios por algún medio de comunicación para quitar barreras arquitectónicas (mi madre lleva 31 años en silla de ruedas)? Pues muy sencillo, porque todos los grupos políticos me dan la razón: "porque soy tonto".

¿Por qué los novilleros se niegan a torear conmigo? Llegarán a ser el 1º. y 2º. del escalafón taurino y "no pueden torear con un tonto". Después de 151 actuaciones en diferentes plazas de España, en Cintruénigo, otra vez no. "Qué va a hacer el tonto". Con las orejas y rabos que he cortado en el despacho de Alcaldía y de plenos, a unos concejales y alcaldes descastados y sin raza. No les importa "es el tonto del pueblo".

Antes yo era la vergüenza de Cintruénigo (dicho por más de un grupo político de Cintruénigo): "El tonto dice que yo sí que paso vergüenza cuando veo y leo la prensa y televisión de Navarra lo que pasa en el Ayuntamiento del pueblo del tonto". Y aún encima, arruinados e hipotecados. Me gustaría que me explicarían qué hacía el alcalde y secretario en horas de trabajo en un tentadero en la finca de Camponuevo, propiedad de Julián López, El Juli, ¿darle la bienvenida?, ¿echarle la alfombra de terciopelo y comprar novillos a precio de oro? El tonto compra más barato e igual calidad (si viniese a Cintruénigo Manolo Escobar, estos aguilillas le comprarían el carro que le robaron, ¡como tiene tanto nombre...) mientras la Banda Municipal sigue sin cobrar.

Después de haber lidiado en festivales con grandes maestros del escalafón taurino, me sorprende que los dos novilleros que vienen se nieguen a torear conmigo. Si tan buenos son, que lo demuestren en la plaza y no ninguneen a un compañero, pues el tonto lleva más novilladas, más triunfos y más porrazos que ellos y la cabeza mejor amueblada que los que lo representan, "y soy tonto".