Desde Izquierda Unida de Navarra se ha presentado una iniciativa parlamentaria para que la central de Garoña no amplié su plazo de funcionamiento más allá de julio de 2009.
Los titulares de la explotación han solicitado seguir operando durante otro decenio hasta sumar 48 años; de esta manera se nos acercaríamos al medio siglo de vida de esta central nuclear.
Expertos reconocen que en España falla la cultura de la seguridad en las centrales nucleares y esto es un elemento más que se debería tener en cuenta a la hora de no renovar los permisos de explotación. Estos expertos entienden que los reactores no deberían funcionar más de 25 años, que superado este periodo empiezan un proceso de envejecimiento muy peligro. De hecho en España, cada año se producen más paradas no programadas en las centrales. En los últimos años el CSN ha contabilizado más de 100 incidentes en los ocho reactores que hay en España y ha tenido que aplicar sanciones muy graves.
Con respecto a Garoña, los hechos demuestran que su seguridad está seriamente degradada por problemas técnicos. Su funcionamiento entraña un riesgo inaceptable para la seguridad pública y el medio ambiente. Además su aportación ecléctica es perfectamente prescindible y está más que compensada por la producción procedente del régimen especial (renovables y cogeneración)
Ahí están además algunas de las promesas realizadas en las últimas elecciones por el presidente Zapatero como la de “Mantendremos el compromiso de sustitución gradual de la energía nuclear por energías seguras, limpias y menos costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de seguridad y con el máximo consenso social, potenciando el ahorro energético y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local”
