Opinión

Hipotecados por la crisis en España

Ante la crisis, frente a la rápida actuación del ejecutivo británico

nacionalizando la banca para evitar su quiebra -según Paul Krugman, Premio

Nobel de Economía, es acertado- tenemos los cien mil millones de euros de

avales que el Gobierno español de ZP ha insuflado a la banca con próximas

compras de acciones -más intervencionismo es imposible- como principal

medida impactante contra la situación actual de recesión económica. Unos

expertos opinan que la medida inglesa nacionalizadora no es idónea o resulta

demasiado ingerente y acaparadora -ven un amenazante control estatal sobre

la banca privada- y otros afirman su buena naturaleza y destacan que es la

única medida capaz de impedir el cierre de entidades bancarias y la mala venta

barata de bancos a postores extranjeros.

Otros, en cambio, aseguran que en

España, la intervención del Estado es algo intermedio entre la total

nacionalización y el exclusivo carácter privado de la banca española. Esa

inyección estatal de millones y la posible entrada como accionista del

Gobierno ZP en la banca privada, es una medida importante y necesaria para

salvar a una de las piezas clave de la economía pero a la vez es incompleta

y parcial porque sólo beneficiará directa, preferente y prioritariamente a

bancos y cajas de ahorro, que bastantes ganancias acumularon en los años de

bonanza. Nuestras entidades bancarias y de ahorro son las menos afectadas de

Europa y las que mayores beneficios poseen. Han sido las primeras en clamar

al cielo y adelantarse pidiendo al Gobierno ayuda económica y éste ha

respondido rápida y magnánimamente. Enhorabuena, banqueros, chapeau.

Sin

embargo no veo visos de que los bancos suavicen su postura ni den más

facilidades a sus clientes en crisis y menos aún que apliquen la Ley

Concursal a los sufridos hipotecados, porque, trincados esos milloncejos de

ZP -bueno, de todos los españoles que pagamos impuestos- seguirán con el

grifo cerrado y la negativa a dar créditos que deban crear riqueza

productiva como empresas y negocios, aunque tengan sus razones ante la

morosidad y el endeudamiento actuales. La pescadilla se muerde la cola.

Ellos no dan dinero porque temen no recuperarlo y los demás no pueden crear

empleo y empresas porque no reciben créditos de aquellos.

En esta complejidad, la Economía española está formada además, por otros

agentes igualmente importantes e imprescindibles: empresarios -exactamente

pymes y autónomos- y trabajadores. Sin ellos, la cosa queda coja, incompleta

y parcial. Muy bien, ahí van esos millones para los que más tienen y

arriesgan, la banca y la gran empresa, pero, ¿y los que menos poseen? ¿Y los

trabajadores, consumidores españolitos de a pie, torturados y amargados

hipotecados que no llegan a fin de mes so amenaza de perder su piso? ¿Y los

autónomos que cada día son miles de menos para contribuir al sistema? ¿Y qué

pasa con quienes no pueden hoy apenas ni comer teniendo que recibir ayudas

básicas de ONGs y entidades humanitarias como Cáritas por culpa de una

crisis que les da de lleno? Pues res de res, nada de ayudas del Gobierno,

que nos muramos de hambre; que nos quiten casas, ahorros, coches y empleos;

que nos jodamos, vamos. Urgen medidas también para estos colectivos que son

la base del pilar de la economía, no solo para la banca. ¿A qué esperas ZP,

a que te lo recuerde Rajoy? Mira las encuestas, míralas...