Opinión

Hay motivos

Con la que se nos viene encima, y con Rajoy, embebido del ambiente sanferminero en plan recortador, hay motivos para estar indignado por todo: por las ayudas millonarias a los bancos, por la continua subida de impuestos, por los continuos recortes a los más desfavorecidos, porque siempre pagamos los mismos y porque siempre se beneficia a los mismos.

¿Y quién son los mismos? Pues creo que todos los sabemos muy bien, pero en este caso me refiero a las eléctricas, pues a pesar de que el gobierno ha impuesto nuevos impuestos y tasas a la generación de energía nuclear, incluye la prorroga de la vida útil de las centrales nucleares de 40 a 50 años. Esta prolongación, añadida a la concesión de 20 años más a las centrales hidroeléctricas, puede suponer para las empresas generadoras de energía ingresos adicionales de 60.000 millones de euros. Pero, ¿a qué precio? Al precio de someter a la población a un riesgo innecesario de un accidente nuclear, pues no olvidemos que la tecnología nuclear, cuando se diseñó, se hizo con una vida útil de 40 años.

La central nuclear de Garoña, con tecnología de primera generación (como Fukushima) empezó a funcionar en 1971. Nunca ha tenido permiso para funcionar 40 años. En 2009 se solicitó un nuevo permiso de explotación provisional para funcionar otros 10 años más, prorrogables, pero el Gobierno acordó darle un último permiso de 4 años decretando el cese definitivo en julio de 2013.

El pleno del Ayuntamiento de Ribaforada ha aprobado una moción presentada por el PSN-PSOE en la que manifiesta su oposición activa en contra de la prolongación de la explotación de la central nuclear de Garoña y exige su cierre definitivo en julio de 2013, y se dispone a iniciar un debate que conciencie a la sociedad de los riesgos que tiene prolongar la vida útil de una central nuclear. Y por qué iniciar este debate ahora, en este momento. Porque hay motivos. Aparte de los motivos éticos, por la responsabilidad del riesgo evitable que como dirigentes siempre debemos tener presentes, sobre cualquier otro, a la hora de tomar una decisión, (sirva como ejemplo Ángela Merkel y su decisión de cerrar todas la centrales nucleares de Alemania), hay más motivos para cerrar Garoña.