Opinión

Hasta la victoria siempre

Conocida es ya por todos la sentencia del TSJ de Navarra que declara nula

la autorización que dio el Gobierno de Navarra para que la empresa

HidroCantábrico construyese una nueva central térmica en Castejón (y

serían 3) por vulnerar la legislación vigente.


Esta sentencia se convierte en un arma de destrucción masiva, no sólo por

el demoledor efecto que causa el rico y abundante cargamento jurídico que

contiene, sino por los lógicos, y para más de uno, indeseados “efectos

colaterales” políticos y económicos que el estallido de semejante bomba

judicial lleva aparejada.


Los miembros de la “Plataforma de la Ribera + Centrales No” de Castejón

son los autores que, con premeditación, han hecho detonar el mecanismo

judicial que tanto desasosiego y miedo no confesado está provocando en la

mayor parte de la clase política navarra, en su aliado el gran capital

industrial y en más de un medio de comunicación que hace ya mucho tiempo

que prostituyeron el principio de libertad de prensa en favor del de

libertad de empresa, optando por seguir fielmente dos de sus reglas

fundamentales: “coge el dinero y calla”y “no muerdas la mano del que te da

de comer”.


El miedo a las togas rebeldes explica el por qué desde la publicación de

la sentencia, que en tan mal lugar deja al Gobierno de UPN-CDN; éste no ha

emitido más que un vulgar comunicado con afirmaciones jurídicas que no

osaría hacer ni el peor estudiante de derecho procesal de esa institución

adoctrinadora en el fundamentalismo más reaccionario que tienen a su

disposición en la vieja Iruña la derecha y el gran capital.


La verdad incómoda que esta sentencia saca a la luz ayuda a entender el

por qué del silencio de una oposición acomplejada y timorata que ante un

activo político de esta categoría se limita a demandar, sin convicción,

que el gobierno cumpla la sentencia. Su oposición a las térmicas ha sido

siempre poco creíble. Una oposición hueca, coyuntural, a la que no

llegaron libremente porque estuviera en su ideario político sino a la que

se vieron arrastrada por las reivindicaciones de una parte de la sociedad

a la que ellos dicen representar mejor que nadie. Exactamente lo mismo que

ocurre ahora con las movilizaciones contra el Tren de Alta Velocidad. Por

eso hoy, después de muchos meses de ambiciones políticas frustradas, se

sienten felices de no ser ese gobierno de izquierdas por el que votó la

mayoría de los navarros y que UPN y PSN impidieron. La desvergüenza de

estos dos partidos de derechas, profesionales desde hace décadas en

gestionar los recursos públicos en favor de sus intereses de partido,

personales y de los lobbys económicos que les apoyan, ha ahorrado a la

pseudo izquierda la desagradable decisión de qué hacer si ellos fuesen el

Gobierno que se encontrase ante esta sentencia: recurrirla ante el

Tribunal Supremo o ejecutarla de inmediato como ellos mismo piden con la

boca pequeña. A ninguno nos cabe la duda que recurrirían la sentencia.


Sin noticias de Gurb es en lo que esta sentencia ha convertido al alcalde

de Castejón y a su partido el PSN. Nada se sabe de ellos oficialmente

desde que se conoció la sentencia. Nos vemos privados del verbo fácil del

alcalde explicando por qué el Ayuntamiento de Castejón no recurrió ante

los tribunales el Acuerdo del Gobierno que autorizaba a construir otro

monstruo contaminante más a las puertas de las casas de sus vecinos y que

ahora ya todos sabemos que era ilegal. Tampoco nos ha explicado por qué el

Ayuntamiento que preside contrató los servicios profesionales del despacho

de Fernando Puras y no otro más “desinteresado”, para que represente a

Castejón en los contenciosos en que está incurso por dar licencias a

HidroCantábrico en base a ese Acuerdo que va en contra de la ley. ¿Cómo es

posible? Fácil, señor Alcalde, es posible porque otros recurrieron lo que

ustedes no hicieron, y porque la Justicia, tercer pilar del Estado de

Derecho, no siempre está controlada como lo están los otros dos poderes

que están en exclusiva en manos de los políticos.


Qué hemos hecho nosotros para merecer esto ha debido ser lo que

HidroCantábrico-Elerebro (el señor del Burgo entre ellos) han sentido al

conocer la sentencia. Quedarse sin autorización, es decir, sin nada, les

ha dejado también sin palabras. La empresa interroga en secreto a su

gobierno, a su ayuntamiento. “Tranquilos, nosotros somos el poder. Callad

y contaminad”, son las consignas recibidas, la huida hacia adelante. Y las

cumplen, como siempre. No les queda otra. Pero eso mismo pensaban los

reyes absolutos y así acabaron.


Por todo esto es muy importante esta sentencia. Es importante para todos

los movimientos sociales que de un modo u otro luchan en cualquier lugar

contra la especulación que destruye sin piedad el medio ambiente. Pero

ahora también es el momento del reconocimiento personal a todos aquellos

que lo han hecho posible.


Los primeros, Dani, Eduardo, Manolo y Mikel, porque además de ser

excelentes abogados, su compromiso activo por un mundo mejor y su

altruismo, nos ha permitido que hoy tengamos esta sentencia.

Todos aquellos que han creído en todo momento que esta locura industrial y

medio ambiental debía pararse: Pilar y Luis, Patxi, Iosu y Rosa, Geno,

Laura, Sara y Julián, Villar, Jose, Malo, Pikota, Alex, Mari Mar, Suceso,

Mari Jose, Klara, Isabel, las Pilarines, Joseba, Natalia y Eneko (el

benjamín), Miguel, José, (un privilegio contar con tu padre en primera

línea de las reivindicaciones)...


Y sobre todo tú, Pablo Lorente. Sin ti no se hubiese conseguido. Tú

estuviste poniendo en marcha la Plataforma. Tú la has mantenido viva todos

estos años. Tú sufriste las feroces acusaciones que te lanzaron. Tú has

sabido encontrar las salidas cuando todas las puertas se cerraban. Sin ti

no hubiésemos llegado hasta aquí. Todos nosotros lo sabemos. Ellos

también. ¡Qué bien! Por eso este triunfo es más tuyo que de nadie. Pero

si perdiésemos no pasaría nada. Volverías a levantarnos. Volverías a

hacernos luchar. Una y otra vez, porque nunca podrán contigo, porque nunca

estarás solo. Porque después de ti siempre vendrán otros que te

sustituirán.

Hasta la victoria siempre.