Opinión

Hasta la OMS lo reconoce

Lla propia Organi-zación Mundial de la Salud, esa a veces interesada OMS, ha reconocido que, según sus estudios, el aire contaminado que respiramos es una de las causas del cáncer, y está ahí en el cielo, ante nosotros, sucio y descompensado, debido a nuestros desmanes. De este modo, ha denunciado que 223.000 personas perdieron la vida en 2012 por este motivo, algo que lejos de alarmar a la opinión pública debería servir para disparar las alarmas y hacernos reconocer ya, de forma colectiva pero serena, que las modificaciones que el ser humano está introduciendo en el planeta van más allá de lo tolerable y admisible.



No es sólo el clima y la salud lo que está variando. Son los propios equilibrios de un mundo interconectado, interdependiente que, como explican el animismo y otras creencias, es todo uno en cuerpo, alma y espíritu.