Opinión

Hacia dónde caminar (I)

Desde distintas concepciones económicas y sociales, se ofrecen soluciones a los problemas de las personas. Todas postulan alternativas para los temas de la educación, de la sanidad, del desarrollo, etc. en definitiva, todo el mundo busca y defiende teóricamente soluciones justas y solidarias. Pero si los fines pueden ser los mismos, los medios para alcanzarlos son contrapuestos muchas veces, e incluso antagónicos. Desde la moral, unas propuestas no son mejores que las otras, sólo utilizan caminos distintos para solucionar, o al menos paliar los problemas. Hay que analizarlas por la consecución práctica de los fines que les guían, y no por una siempre discutible superioridad ética.

Si en el plano conceptual las cosas están claras, en la práctica, en muchos países europeos se han desarrollado concepciones bastante similares, aunque opuestas en lo ideológico. Las podemos denominar como socialdemócratas: de izquierda y de derecha. Salvo en temas puntuales, en ciertas cuestiones morales, mantienen la misma fe en el apoyo de un modelo de estado extenso, desde el que pilotar la vida y hacienda de los ciudadanos. Ningún político absolutista llegó a detentar tanto poder, como los actuales líderes, en la mayoría de los estados democráticos. En las sociedades nórdicas, donde más se han extendido históricamente los estados, el sistema está haciendo aguas y cada día tiene más y más detractores.

Todas las sociedades han tenido desarrollos históricos dispares, en gran medida, debido al papel desempeñado por el estado en la solución de los problemas de la gente. En unas las respuestas a casi todos los problemas de los ciudadanos, se han dado y se siguen dando, desde las propias administraciones públicas, que cada día son más extensas y difíciles de sostener hoy por su alto coste. En otras las respuestas han sido mixtas, tanto desde el estado como desde organizaciones privadas. Unos y otros modelos tienen sus pros y sus contras.

Los que defienden que el estado debe involucrarse cada vez más en los problemas y puntos de interés de la ciudadanía, en este empeño no han hecho más que extender el estado.