Nada menos que 39 agresiones físicas y verbales ha habido este curso a docentes, sólo en Navarra. El dato no es motivo de alegría alguna.
Con este panorama, no es extraño que el Parlamento Foral esté escuchado a los representantes de los profesores y que todos los grupos vayan a apoyar unas medidas que, sin coste económico, redunden en la mejora del respeto debido y la atención y protección que merece el maestro, y para ello se habla de crear la llamada Ley Foral del Profesor.
Mucho se viene hablando de lo mal que se han hecho las cosas en Educación en este país, y este problema es la punta de ese iceberg y la prueba de que así ha sido. Aún estamos a tiempo de enmendar el mal y cambiar un asunto que, sin duda, se nos está escapando de las manos.
Los maestros necesitan apoyo social y cobertura legal para ser respetados y poder enseñar, además de reconocimiento a su trabajo docente. Por ello, además de esta Ley Navarra del Profesorado, ya se están trabajando varias propuestas como: una Ventanilla única de protección al docente; un Observatorio para cuantificar y analizar las agresiones; Asistencia jurídica inmediata; Protocolo con Fiscalía; Asistencia personalizada al agredido; Informar y Prestigiar al Delegado de Prevención; Especial protección en centros de riesgo y una Campaña de reconocimiento al trabajo del docente... ¡Casi nada!
