Cuando llegan los días Internacionales todo el mundo carga baterías y opina, va siendo ya tópico cada 25 de N. Y 8 de M. Leer y escuchar en prensa, y radio repetitivos debates todavía centrados en estadísticas, en los porqués, de la existencia de la violencia, en todas las medidas que se van a poner en marcha, y pasan las fechas ¿ y? Lo que iban a ser planes se convierten en experiencias piloto,los recursos sobre el papel van lentos en la práctica y, en general, hasta nueva fecha no se volverán a hablar de temas relacionados con la discriminación, la igualdad etc. hasta que alguna “mala noticia” levante la polémica y a repetir.
Los asesinatos son esa realidad que resulta insoportable cuando la noticia sale, pero que tristemente queda convertida en esa dosis de sucesos a los que parece que la cotidianidad acostumbra y,
conviene no olvidar que la violencia sexista se mantiene porque muchos de los pilares que la sustentan en lo cotidiano siguen sin cuestionarse, se habla de educar en la igualdad y qué ejemplo se da?,se habla de resolver los conflictos de forma no violenta y ¿qué ejemplo se da?
No salimos de los discursos del terrorismo y de la guerra y mientras tanto la vida cotidiana, empobrecida.
Si bien la puesta en circulación de este tren es una acción simbólica el no perder el tren es una necesidad incuestionable. Ponerlo en marcha es urgente cultivar valores más igualitarios y solidarios favorece muchísimo para educar en otra onda y esto es responsabilidad de todas y todos y tiene que ver con la individualidad y tiene que ver con lo colectivo y tiene que ver con las políticas administrativas.
