Opinión

Fumar, es un placer, “en la puerta”

Así se ve a los fumadores, en las puertas de muchos lugares, como saciando una imperiosa necesidad que puede más que ellos. ¡¡Qué más quisieran que poder dejarlo!!

Aparte de las políticas que contra el consumo de tabaco se están adoptando, de las campañas dirigidas a fumadores o dirigidas a quienes potencialmente podrían llegar a serlo, la verdad es que son muchos los que dejan, son muchos los que vuelven y, lo peor, es que son muchos los que empiezan a fumar, por aquello que no sabe nadie como cuándo empezamos nosotros, ¿nos sentíamos más hombres?, ¿nos creíamos más mayores?, ¿o hasta éramos tan sumamente ingenuos como para considerarnos más importantes?

Está generalizada la más que mala imagen que dan los fumadores en las puertas de los locales. Acérquese a un hospital, un centro de salud, y en la puerta encontrará desesperados fumadores que sacian su inquietante adicción. Pero no es eso sólo, podemos ver, y la imagen es “lamentable”, enfermeras, médicos y otro personal sanitario, aprovechando unos minutillos para dar al cuerpo su necesaria dosis de nicotina de la que todavía no han podido desprenderse.

Y las cosas van a peor, la nueva legislación contra el tabaco, en adaptación de Directivas Europeas, recrudece la situación, restaurantes y otros lugares de ocio van a ser también lugares donde el humo de un cigarro o de un puro no va a tener cabida, los fumadores ¿serán perseguidos hasta en sus domicilios? Tanto no, pero seguro que vamos a seguir viendo esa imagen nada bonita de “puertas y Puertas” donde el humo se pierde en la atmósfera.