Empiezan por los guardias de montes en Asturias y veremos donde acabamos.
Las ideas de algunos dejan de piedra al más pintado, no se trata de
ahorrar en lo que no se puede, no se trata de ahorrar, por no gastar, no
se trata de no contaminar por no hacerlo, ¿entonces, por qué? Pues si
alguien lo sabe, que me lo diga.
Habrá lugares donde un todoterreno, una motocicleta, u otro tipo de
vehículo de carácter estándar, no tiene razón de ser, pero de esto a hacer
que los guardias forestales del Principado de Asturias cuiden de los
bosques en bicicleta, no es sino un símil de propuesta de que los bomberos
apaguen los fuegos a cubos de agua.
A caballo, no es más ecológico, y más normal y lógico, para que un
forestal pueda realizar bien su trabajo.
De aquí a poco, la pareja de la Guardia Civil, que lo hacía años antes, la
policía municipal de muchas ciudades, (en París y otras grandes urbes no
es extraño), las patrullas de la Policía Nacional, ya hacen su pinillos.
Pero una cosa debería de tenerse más que en cuenta, si de verdad queremos
no contaminar, ahorrar combustible, no gastar fondos públicos, por donde
deberíamos empezar es por los vehículos oficiales.
¿Han visto bicicletas con los cristales tintados?, conocen muchos
propietarios de bicicletas que aparcan al lado de los Parlamentos, de los
Ayuntamientos, de Ministerios, de las Direcciones Generales, probablemente
conozcan a los que bajan del asiento trasero del Audi, y no coincide con
el de la bicicleta.
A buen entendedor, solo faltan pedales, y ganas, no carriles bici, solo
vías urbanas compartidas por peatones, trasporte público y bicicletas.