Opinión

Federico Vallés - Pregonero de El Volatín

El cardiólogo tudelano, afincado en Granada, Federico Vallés Belsue, escribió y pronunció el siguiente pregón desde el balcón de la Casa del Reloj, al inicio de la ceremonia de El Volatín, en Tudela: “Con el Volatín se representa el suicidio del controvertido Judas Iscariote, quizá tan injustamente vilipendiado como nuestro paisano Miguel Servet, en su época. En realidad, el simbolismo y la tradición de este acto y del de la Bajada del Ángel es lo que nos interesa y, como lo han glosado pregoneros de años anteriores, hay que desprenderse de todo lo supérfluo que, en muchas ocasiones, nos hace alejarnos de los demás, con nuestras ideas recalcitrantes, dobles verdades, odios, traiciones, etc” (...). “En la época en la que una ochena era algo, que nos permitía comprar cañamones o chufas o regaliz, acudíamos los muetes a recoger entre empentones los restos de la vestimenta del Volatín, pero sobre todo los regalos que pudieran caer, sin tener que disputar con los mayores para recogerlos. Después nos íbamos a jugar, muchas veces al “Prau”, hasta la desaparecida Peñica, cantada por próceres tudelanos, sitio ideal para hacer sopas en el agua ¿Y a qué jugábamos en aquella época? A cualquier juego al aire libre, a correr, al marro, con la “forcacha” y, por supuesto, a la pelota en cualquier calle o plaza”.