Opinión

Falta Poesía

Este martes se celebraba, convocado por la UNESCO, el Día Mundial de la Poesía. Y no es de extrañar, ya que no hay nada más poético para conmemorar la Palabra que la primavera que ayer llegó.

La realidad, por sí misma, no ayuda nada: Los cayucos siguen llegando de Mauritania mientras Europa mira hacia otro lado, la ilegal e ilógica guerra de Irak ha llegado a su tercer año y Bush sigue ensimismado en su caza de brujas bélica y “antiterrorista”; mientras el arzobispo Sebastián se lamenta de la “dura sequía”, -la”vocacional”, no, la otra-, que padece la Iglesia. Hechos nada poéticos que enturbian los sueños que llegan cada día a las orillas de nuestra verdad.

Sin embargo, la Poesía está ahí mismo, ante nuestros ojos, con forma de verso al fundirse en Palabra, pero disfrazada de Afecto, de Ilusión, de Esperanza, que es la cita verdadera que buscó la UNESCO con esta iniciativa.

Falta Poesía como falta Libertad, Paz y Fe, pero es sólo cuestión de saber mirar. Está ante nosotros, es posible ignorar esa catarata que nubla nuestra vista y convertir en visión lo que nos turba y nos ciega: aunque está, sólo queda mirar bien.