Opinión

Existe una alternativa a la crisis

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A pesar del silencio de plomo que se impone sobre muchos de los aspectos de la Historia reciente de España, hemos de enorgullecernos como comunistas del papel que desempeñó nuestro Partido durante los oscuros años de la dictadura franquista, por el papel absolutamente relevante que asumió en la oposición frontal a esa dictadura. Una oposición que se reveló sumamente crucial y también constructiva de cara al desarrollo de una Transición esencialmente pacífica hacia un modelo democrático de relaciones, lo que se reflejó finalmente en la elaboración de la Constitución de 1978.



Actualmente, y después de la reforma constitucional que pactaron PSOE y PP en agosto de 2010, y que recoge la voluntad de satisfacer en primer lugar el cumplimiento de los compromisos económicos con la Banca del recorte drástico del déficit

y pago de la deuda antes que satisfacer las necesidades básicas de la población (quebrando con ello el consenso alcanzado en 1978), nuestro Partido retorna a la vía de la oposición frontal de las medidas políticas que, primero el Gobierno de Zapatero y ahora el de Rajoy, se empeñan en aplicar a pesar de la grave realidad que nos azota. El PSOE y el PP han reformado el Estatuto de los Trabajadores hasta en 53 ocasiones desde la década de 1980, siempre en detrimento de los derechos de la clase obrera. A esto se añade la aprobación por parte del recién estrenado Ejecutivo “popular” de una Reforma Laboral salvaje e injusta, que abarata aún más el despido y condena a la precariedad a millones de personas y a miles de familias.



En nuestra opinión, ha llegado el momento de combatir las políticas neoliberales principalmente a través de la movilización, y en ese sentido respaldamos plenamente la convocatoria de Huelga General del próximo 29 de marzo. Asimismo, consideramos necesaria la visualización de una alternativa amplia, que cuente con una mayoría social que la apoye, abogando por la construcción de un Socialismo del Siglo XXI, que previamente se esbozaría con el desarrollo de un modelo de Estado republicano federal, solidario, laico y anticapitalista; con la apuesta por la Banca Pública; con la aplicación real de la progresividad en la recaudación de impuestos; en la garantía de una Educación y una Sanidad públicas y de calidad; en el aumento del número de plazas en la Administración, para así atender mejor a la ciudadanía; en prestaciones de servicios sociales ambiciosas, que incluyan la percepción de una Renta Básica para toda la población y un Salario Mínimo Profesional de 1.100 euros, así como un reforzamiento a ultranza de la protección de los derechos laborales de la clase obrera.



Esta en líneas generales constituye la propuesta que traemos desde el PCE a Tudela para su debate y discusión, esperando revertir más pronto que tarde la crisis estructural que padece el sistema capitalista.