Algunos pensamos que la respuesta conservadora a la crisis de los 70 abrió ya la puerta a un neoliberalismo cada vez más acentuado y hegemónico. Tuvo como componente fundamental del mismo la apuesta por modelos de democracia restringida y autoritaria: ensanchamiento del mercado y estrechamiento de la democracia han ido de la mano.
Estos hechos nos sitúan ante una realidad política que resulta problemática por muchas razones:
a).- porque todo poder tiende, de suyo, a su propia absolutización y crecimiento;
b).- porque una democracia restringida y autoritaria tiende a pervertir la política como servicio público al limitar o excluir los cauces necesarios de participación y control;
c).- además, la clase política se aleja de la ciudadanía y ésta de los políticos, que se convierten más en parte de un Estado por encima de la sociedad que en representantes de ésta; y esto sin olvidar que el neoliberalismo tiende a que el mercado sustituya al Estado y a que la economía marque la dirección y el paso a la política;
d).- y, en un contexto de estas características, no se puede dejar de mencionar el grave problema de la corrupción, tanto más fácil cuanto menor es la participación y el control.
Resultan, pues, comprensibles tanto el divorcio entre la sociedad y sus representantes como la doble demanda: de una parte, y más en concreto, de una democracia más participativa y ampliada, y de otra, más en general, de un repensar, replantear, reformular, redefinir o refundar… la política.
Por ello, y dentro de la Programación de la Escuela Social de Tudela del curso 2011-2012, el próximo martes 17 de Enero intervendrá a las 8 de la tarde en el Palacio Decanal, Santiago Martínez Magdalena. Dr. en Antropología social y cultural. Licenciado en Psicología, disertará sobre todos estos temas.
