Opinión

Encierros y encerronas

Los Sanfermines han cambiado muchísimo en estos últimos 30 años, sólo hay que ver los encierros.

Con perdón para Charlie Rivel, las retransmisiones que las televisiones han hecho del recorrido de los astados por las calles de Pamplona cada mañana a las 8, han transformado en un circo la imagen que se supone mundial de “unas Fiestas sin igual”, al mercantilizar unas imágenes y un acto del programa que es sólo una parte más de esa forma de ser nuestra que son nuestras Fiestas. Desgraciadamente convertidas en un espectáculo frívolo de masas en el que el botellón sustituye al compartir sano que otrora reinaba en nuestras calles, y en el que la masificación absoluta de todo está tergiversando en Feria lo que aquí, hasta ahora, era únicamente sano Jolgorio.

Así, resulta un paralelismo muy ilustrativo que Cuatro entre en exclusiva por el callejón, como hiciera en 1978 la Policía represiva franquista del jefe entonces de esta cadena de Sogecable, Rodolfo Martín Villa. Por no decir nada de los programas especiales Sanfermineros de las otras cadenas ¿navarras? que son un paso más en el camino de la frivolidad chabacana general y generalizada.

Así, conducirnos a la mediocridad la Fiesta, a riesgo de acabar con ella como se han entendido desde siempre. Y Tudela y muchos de nuestros Pueblos pueden pecar de lo mismo, haciendo de lo popular algo grotesco y hasta de mal gusto.