Opinión

En honor de la Iglesia

Tanto en la teoría, como en la práctica, el desarrollo de la libertad humana, en gran medida está unida a la historia del cristianismo. Debemos conocer el pasado, ya que incide sobre nuestra forma de vivir, y que hoy tendemos a olvidarlo. Para algunos llevamos dos milenios de polémica, ya que para unos el cristianismo es una fuente de liberación, y para otros de opresión (Cruzadas, Inquisición, Moralismo). Si algunos hombres de Iglesia han hecho en ocasiones el mal –la Iglesia también ha solicitado en muchos casos el perdón, por ello-, para ser justos hay que destacar que lo bueno (la lucha contra la esclavitud, la atención a niños en los orfelinatos, los hospitales, la protección a los débiles en general, el empuje de las universidades, el apoyo al desarrollo científico) pesa mucho más.

En los siglos VI y VII se produjo un profundo retroceso cultural e intelectual, dicho retroceso se debió a las guerras que supusieron las invasiones bárbaras. Las invasiones ocasionaron el hundimiento de Roma, se truncó el orden político, el económico y se dividió el Imperio en pequeñísimos reinos bárbaros, y todo ello planteó a la Iglesia, un desafío sin precedentes. Los bárbaros no tenían literatura escrita, y se organizaban sólo con la lealtad debida al jefe. Su sistema de justicia se limitaba a establecer el orden, más que a propiciar la justicia, con su sistema de ordalías. La Iglesia tuvo que asumir la tarea de introducción de la ley del Evangelio y de la ética del Sermón de la Montaña, entre gentes para quienes el homicidio era la más honrosa de las ocupaciones y la venganza la vivían como sinónimo de justicia.

Los monasterios, fueron la clave del levantamiento de la sociedad, desde ellos se irradió la vida espiritual, cultural y material. Sus monjes mejoraron la agricultura en sus alrededores, promovieron la viticultura, avanzaron en la energía hidráulica, la metalurgia, los relojes, la escritura y la copia de libros, la conservación y el estudio de los libros clásicos. Los monasterios estaban interconectados e intercambiaban conocimientos, daban cobijo a los caminantes, y ayudaban a los necesitados. Gracias a su labor se volvió a reconstituir una sociedad europea desde la base.

Hoy existe el prejuicio, de que los mil años anteriores al Renacimiento, fueron tiempos de ignorancia y represión. Pero la realidad es que la civilización occidental, tiene una gran deuda con la Iglesia por la creación y extensión de las universidades, de las instituciones benéficas, del Derecho Internacional, de las ciencias y de los principios legales, entre otras muchas cosas.