Opinión

Elevar las motas, solución para el Ebro

Poco a poco, la forma en que se resolverán los problemas que generan las crecidas del río Ebro va tomando forma, y parece que el diálogo entre todos va a ser, además de una necesidad, parte de la solución. Al menos eso se dedujo el viernes en Lestonnac en la primera de las charlas de las ‘II Jornadas sobre el Uso Sostenible del Agua’, y en la que todas las partes coincidieron -con matices- en que la solución es retrasar las motas que marcan el cauce y limitan su circulación natural; ordenar el territorio y las infraestructuras teniendo en cuenta los mapas de inundabilidad; crear nuevas zonas para inundar; y mejorar los cauces, serán el principio de la solución de un problema grave y caro, como ya ha hecho la CHE en Pradilla de Ebro, Novillas

y Pina de Ebro, en Zaragoza.

Así, como ya pidió en septiembre el Ayuntamiento de Arguedas en una moción que ha trasladado al resto de consistorios, es necesaria la colaboración de CHE, ayuntamientos, agricultores y técnicos para unificar criterios, buscar los cultivos adecuados para esas áreas de inundación y solucionar la financiación vía CHE, optimizando la política de seguros e indemnizaciones como ya se  hace en Europa.

El río no puede ser dragado ni convertido en un canal, pero habrá que intervenir donde sea necesario, pero de forma definitiva, para no tener que estar gastando dinero cada varios años según vengan las avenidas del río.