Los Consejos Reguladores Vitivinícolas están de enhorabuena. El miércoles pasado el vino se libró de la amenaza de la nueva propuesta sobre bebidas alcohólicas del Parlamento Europeo que aprobó, ese día 29, que éstas deberán incluir en su etiquetado información sobre su contenido calórico, por lo que se instó al Ejecutivo comunitario a presentar una propuesta a tal efecto, a más tardar, en 2016.
Más valdría que se obligara a etiquetar en condiciones muchos alimentos y sus aditivos y otras características, dado que no sabemos ni lo que comemos, mientras se ponen trabas para los caldos y otros licores criminalizando su consumo.
