Opinión

El trasvase del Ebro, un buen símil

El retirado proyecto del Trasvase del Ebro, planteado por un Gobierno, retirado por el siguiente, y en ningún caso tratado con altura de miras y desde las necesidades y objetivos estratégicos como país, es un buen símil de la España de la improvisación permanente que padecemos, de la mano de nuestros inhábiles gestores.

Así, es comprensible que, siendo año tríplemente electoral, se estén dando prisa ahora por tapar las vergüenzas del último desbordamiento del Ebro, que ha dejado al descubierto toda la imcompetencia que rodea a CHE, Estado, Ministerio y Gobiernos Autonómicos, que, una vez más, no están a la altura del problema.